Fuente: Hub News
Panamá cuenta actualmente con 16 zonas francas activas y seis en desarrollo, de acuerdo con las últimas cifras del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI). Fueron creadas a partir de la Ley de Zonas Francas Privadas promulgada en el año 2011 para estimular la promoción y la atracción de la inversión extranjera.
Para el año 2022, según un estudio de la Asociación de Zonas Francas de América Latina e Iberoamérica, Panamá Pacifico, Zona Libre de Colon y las zonas francas privadas panameñas albergaron a más de 2,700 empresas que generaron 37,570 empleos directos, 5.500 empleos indirectos y USD $10.9 mil millones en exportaciones.
Adicionalmente, produjeron una inversión acumulada que ascendió́ a los USD $1,050 millones al 2022. Solo en el caso de las zonas francas privadas tuvieron un incremento del 205% en tan solo 2 años, frente a las inversiones que realizaron estas zonas francas en el año 2018, explica Sebastián Arango, gerente de desarrollo de negocios de Grupo Shahani y experto en estrategias de clusterización de negocios, zonas francas y desarrollo de parques industriales y logísticos.
Arango, quien recientemente fue designado como representante principal de la Asociación Nacional de Zonas Francas de Panamá en el Comité Consultivo de la Agencia de Promoción y Atracción de Inversiones de Panamá (Propanamá) y embajador de la Asociación Nacional de Corredores y Desarrolladores Inmobiliarios (Acobir) destaca que el país debe propiciar el ambiente para atraer más inversiones al país, a propósito de la reciente elección presidencial donde resultó ganador José Raúl Mulino,
“El éxito de las zonas francas radica en que se conviertan en un instrumento de apuesta nacional, en una estrategia país apropiada por todos y todas, y volcada al servicio de la inversión extrajera mediante el ofrecimiento de un entorno claro, seguro, ágil y eficaz. Contamos con todas herramientas para lograr atraer las mejores inversiones, sin sacrificar la soberanía ni la paz nacional. Un ambiente de negocios estable y confiable es la base para seguir incrementando nuestros niveles de riqueza y prosperidad nacional”.
Arango también resalta que Panamá tiene una oportunidad de oro en este sector, así como retos importantes para atraer inversiones y negocios de mayor valor, como el e-commerce, la industria farmacéutica y la producción de semiconductores.
¿De qué manera las zonas francas contribuyen con las inversiones en el país?
La contribución de las zonas francas a la economía y a las personas es irrefutable. Según la AZFA, el salario promedio mensual de un colaborador en Zona Franca para el año 2022 ascendió́ a los USD 1.170. En países como Costa Rica el salario promedio mensual ascendió́ a los USD $1.744 y en Uruguay este fue de USD $3.318. Actualmente las zonas francas privadas panameñas generan 3.014 empleos directos y 1.680 empleos indirectos para un total de 4.694, marcando un notable desarrollo en la zona este de la ciudad de Panamá donde éstas se establecen y generan un mayor bienestar a la comunidad de influencia.
¿Cómo operan las zonas francas, tienen reglas unificadas o cada una lo hace con regímenes individuales?
Los diferentes regímenes que tiene Panamá no compiten entre sí. Cada ley busca enfocarse y especializarse en determinadas actividades empresariales, con el propósito de tener un portafolio amplio que permita recibir inversiones de todo tipo. Todas las leyes se complementan para generar mayores niveles de prosperidad nacional y competitividad regional. Desde el punto de vista del desarrollo económico, las zonas francas son un instrumento de atracción de inversiones y un coeficiente multiplicador de beneficios.
¿Cuáles son los principales beneficios de las zonas francas?
La articulación productiva/comercial: mejoran la colaboración entre empresas y permiten aumentar la productividad y el valor de los productos a través de interacciones verticales y horizontales.
Beneficios y servicios conexos: fortalecen las interacciones con nuevos negocios externos y complementarios que ofrecen servicios al parque y sus empresas, como servicios públicos, facilidades bancarias, áreas de recreación, de conveniencia, plazas comerciales, etc.
Especialización y valor del recurso humano: fomentan la creación de clusters empresariales en donde las actividades dentro del parque están relacionadas entre sí y entre empresas del mismo sector, generando plazas de trabajo altamente cualificados y mayor productividad, lo que les permite acceder a los mercados desde una posición más fuerte, en bloque y más competitiva.
Seguridad y trazabilidad: Garantizan medidas de seguridad física y digital que son más confiables y transparentes para atraer empresas prestigiosas y lograr certificaciones internacionales como BASC u OEA, con lo cual pueden acceder a nuevos mercados más globales.
Localización geográfica: La ubicación del parque, preferiblemente en áreas periféricas conectadas a corredores logísticos es crucial. Por ejemplo, conexión con puertos y aeropuertos en Panamá. Desde un punto de vista más regional, atendiendo las demandas de las cadenas productivas globales, el Nearshoring se presenta como la estrategia de deslocalización o externalización más común en los últimos años. Este concepto se refiere a la organización de la producción de una empresa con operaciones globales en un lugar que esté más cerca de su mercado objetivo.
Atributos técnicos y medioambientales: La calidad del parque se evalúa por estándares internacionales en su construcción y diseño, considerando aspectos como altura de edificios, eficiencia energética y sostenibilidad.
Condiciones macroeconómicas: El ambiente de negocios del país influye en la atracción de inversiones al parque, dependiendo de factores como el sector bancario, infraestructura y la seguridad. La capacidad de ofrecer infraestructura flexible y adaptada a las necesidades del cliente es vital. En parques de clase A, otros factores como la calidad y servicios prevalecen sobre el precio.
