Fuente: Canal de Panamá
La planta de agua de Miraflores ha estado en funcionamiento desde el 14 de marzo de 1915 las 24 horas al día. En ese entonces, el sistema de suministro de agua trató un promedio de 8,180,000 galones diarios para abastecer a 75,000 personas residentes en Paraíso, Pedro Miguel, Corozal, Balboa, Balboa Heights, Ancón, Fort Grant y la Ciudad de Panamá. Este volumen fue esencial para garantizar el acceso al agua potable en esas comunidades.

Las plantas potabilizadoras de Miraflores y Monte Esperanza (también conocida por su nombre en inglés, Mount Hope) fueron fundamentales para garantizar un suministro constante de agua potable tanto para los trabajadores del Canal como los residentes de las zonas cercanas. Al comenzar la construcción del Canal en 1904, los sistemas de distribución de agua eran deficientes, lo que representaba un riesgo para la salud pública. Durante el intento francés de construir el canal, enfermedades como la fiebre amarilla, malaria y disentería causaron miles de muertes, lo que puso de manifiesto la urgencia de tomar medidas sanitarias adecuadas.
En este contexto, uno de los mayores desafíos para los ingenieros John F. Wallace (1904), John F. Stevens (1905-1907) y por último George W. Goethals (1907-1914), fue mejorar las condiciones de salud para los más de 45,000 empleados. Para abordar este problema, el coronel William Crawford Gorgas lideró un ambicioso plan de saneamiento que incluyó la eliminación de criaderos de mosquitos, la pavimentación de calles en las ciudades de Panamá y Colón, la instalación de desagües cubiertos y, crucialmente, el suministro de agua potable a través de tuberías. Esta última medida fue vital para evitar que el agua estancada en recipientes, que servía como criadero de mosquitos transmisores de fiebre amarilla, estuviera al alcance de la población.

Este enfoque integral de salud pública sentó las bases para un entorno más seguro y saludable, crucial para el éxito de la construcción del Canal y para el bienestar de la creciente población en la región.
A finales de 1906, se dio inicio a un ambicioso proyecto para mejorar el suministro de agua en la ciudad de Panamá. Para ello, se instaló una tubería de hierro fundido de 16 pulgadas de diámetro y 16 kilómetros de largo que transportaba agua desde la reserva del Río Grande, cerca de Culebra, hasta la ciudad y sus alrededores. Este esfuerzo fue complementado por una tubería similar en el Atlántico, que abastecía de agua a Mount Hope y Colón mediante una línea de 20 pulgadas de diámetro desde la reserva de Brazos Brook.
Ambos sistemas tenían desinfectantes químicos y filtros de arena a presión para purificar parcialmente el agua. Sin embargo, los elevados niveles de hierro y la presencia de algas daban al agua un color y un olor desagradables, lo que llevó a que muchos residentes optaran por el agua destilada como su fuente principal de consumo.

La creciente necesidad de una fuente de agua potable más confiable impulsó la construcción de la planta de potabilización de Agua Clara en Gatún. Esta planta comenzó a operar el 29 de diciembre de 1911 y tenía la capacidad de procesar hasta 9.5 millones de litros de agua diarios, abasteciendo al distrito de Gatún. Aunque los estanques de sedimentación y filtración ayudaban a mejorar la calidad del agua, la planta inicialmente carecía de un estanque de aeración, necesario para eliminar el hierro y las algas. Años después, se incorporó esta estructura, lo que permitió una mejora significativa en la calidad del agua distribuida a los residentes. Este avance marcó un hito en la historia del suministro de agua en la región, sentando las bases para el desarrollo de sistemas de agua potable más modernos y eficientes en la ciudad de Panamá.
Con la finalización de los trabajos del Canal de Panamá en 1913, el ingeniero jefe, coronel George W. Goethals, formó un comité para estudiar la viabilidad de una planta de tratamiento de agua que pudiera garantizar un suministro duradero para el sector Pacífico. Aunque la planta de Agua Clara en Gatún ya estaba en funcionamiento, su capacidad era insuficiente para satisfacer la creciente demanda de agua en la región.

El comité, dirigido por Harry H. Rosseau, jefe de la División de Ingeniería Municipal, recomendó la construcción de una nueva planta en el Pacífico, con capacidad para suministrar 45 millones de litros diarios a unas 68,900 personas, lo que representaba un consumo estimado de 380 litros por persona al día. Inicialmente, la propuesta contemplaba ubicar la planta en la orilla oeste del Canal, al norte de las esclusas de Pedro Miguel, con el agua bombeada desde el lago Gatún. Sin embargo, tras realizar estudios adicionales, se determinó que ubicar la planta en la ribera este del Canal, en Miraflores, más cerca de los consumidores representaría un ahorro de aproximadamente $500,000 dólares. El ingeniero George M. Wells, residente de la División de Ingeniería Municipal, fue el encargado del diseño y la construcción de la planta.
A lo largo del proceso, Wells expresó su preocupación sobre la posible mezcla constante de agua del océano Pacífico a través de las compuertas de las esclusas, lo que podría aumentar la salinidad del agua del lago Miraflores. Esta preocupación resultó ser acertada, por lo que la toma de agua fue trasladada a Gamboa, en la desembocadura del río Chagres, en el lago Gatún. Desde allí, el agua era bombeada 12.8 kilómetros a través de la Cordillera Continental hasta la planta, que posteriormente también instaló una nueva toma en el extremo sur del Corte Culebra (también llamado Gaillard).

En la década de 1940, debido al crecimiento continuo de la población, la planta experimentó una ampliación significativa. Hoy en día, con la capacidad de generar hasta 50 millones de galones diarios, asegura el suministro de agua potable para una población en constante aumento, contribuyendo al desarrollo y bienestar de la región.
Actualidad
La producción diaria es de hasta 50 millones de galones diarios, y tiene capacidad de abastecer a los corregimientos de Arraiján Cabecera, Burunga, Veracruz, Ancón, El Chorrillo, San Felipe, El Chorrillo, Santa Ana, Calidonia y Curundú. Los límites de abastecimientos los determina el consumo de la ciudad de Panamá y el caudal entregado por otras plantas.
La planta tiene un proceso de tratamiento convencional: aireación, floculación, sedimentación, filtrado y desinfección.
