Por: Ioanni Pilides
Para nadie es un secreto lo terrible y desgastante que representa para los residentes de Panamá Oeste el tráfico desde y hacia los distritos de esta provincia. Sin lugar a duda, nadie en este pequeño país ha escapado del frustrante tráfico que se agrava los fines de semana o durante los días de asueto. Y es que no hay alternativas ni para evitar el cuello de botella que se forma al final de la Autopista Arraiján- La Chorrera (sector de La Pesa) cuando nos dirigimos hacia el interior como el que se forma en las mañanas en los diferentes accesos a la ciudad capital.
Todo lo demás se complica aún más debido a la falta de vías alternas y la sumatoria de todos los proyectos de mejoras estructurales que se llevan a cabo en el Distrito de Arraiján.
Sumado a lo anteriormente expuesto, hay obras importantes que aún no han sido entregadas, como la Vía Costanera que deberá conectar los Corregimientos de Vacamonte y Veracruz la cual potencialmente distribuiría de una manera más eficientemente el flujo de tráfico hacia centros económicos como Panamá Pacífico pero que a su vez produciría otro embudo hacia ciudad capital a través de la carretera desde Veracruz y Panamá Pacifico hacia el Puente de Las Américas.
Desafortunadamente las soluciones no están a la vuelta de la esquina. Ya se ha iniciado la construcción del Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá el cual tomará aproximadamente cincuenta y cuatro (54) meses y el túnel que servirá como vía de comunicación de la Tercera línea del Metro, comenzará en el segundo cuatrimestre del presente año con una fecha tentativa de entrega dentro del segundo semestre del 2027 (MOP, 2024)
Desde la perspectiva de transporte marítimo, nuestro país ha ignorado el potencial alivio que produciría el desarrollo de las vías de comunicación a lo largo del litoral Pacifico entre los Distritos de Panamá Oeste y la capital del país. Nuestra naturaleza marítima una vez más se enfrenta al viejo dicho de que “Panamá vive de espaldas al mar”.
Para una mejor visualización de esta alternativa por parte de los lectores de esta prestigiosa revista y explicándolo de una manera básica, realizamos una medición conservadora de las distancias en la costa a través de Google Earth; siempre tomando en consideración que las naves de transporte masivo de pasajeros tipo ferry son de bajo calado y muy versátiles cuando se trata de acceso a áreas próximas de la costa.
Como resultado obtenemos que las distancias entre Puerto Caimito y un punto en la Calzada de Amador cerca de la Plaza de las Banderas representaría aproximadamente 15.5 Millas Náuticas (MN) y así mismo desde el rompeolas del Puerto de Vacamonte la distancia se acortaría a unas 12 MN y finalmente la distancia desde Punta Chame al mismo punto de destino se extiende a unas 21.5 MN.
Ahora, tomando en consideración la distancia más larga y en un supuesto que tuviésemos una nave con capacidad para 350 pasajeros y velocidad máxima de 35 nudos (kts), el tiempo que esta nave requerirá para cubrir la distancia entre Punta Chame y nuestro punto de referencia en la Calzada de Amador estaría por el orden de los 37 minutos los cuales para efectos de navegación segura y tiempo de maniobras podríamos redondear a poco menos de 60 minutos, siendo significativamente mucho menor comparado con las horas de tráfico que un residente de estos distritos invierte dentro de un bus por vía terrestre.
Entre las ventajas de la alternativa marítima podríamos resumir que un mayor volumen de personas sería transportada en menor tiempo con una significativa reducción en la producción de la contaminación en áreas urbanas. De igual manera, una reducción en el tiempo de viaje se traduciría en una mejor calidad de vida, mayor productividad laboral, menor exposición a peligros en la carretera, entre otros.
Los retos que impone un sistema de transporte marítimo que no ha sido desarrollado para estas áreas del país son más que todo los relacionados a la infraestructura necesaria para el embarque de los pasajeros, las rutas de acceso a los embarcaderos, la adquisición misma de los equipos flotantes los cuales deberán cumplir con todas las exigencias para preservar la vida humana en el mar, la seguridad de los usuarios, entre otros.
Desafortunadamente, ninguna solución marítima puede ser considerada de bajo costo. Requiere de la intervención financiera del Estado el cual está llamado a subsidiar el bienestar de una población que ha sufrido por más de treinta años el retraso del desarrollo vial y un tráfico diario que impacta negativamente su bienestar.
Panamá Oeste necesita un plan estratégico para el transporte marítimo que evolucione al paso del desarrollo de la nueva vialidad terrestre. Se hace necesario utilizar todo lo disponible hasta hoy conocido: como el terraplén de Puerto Caimito, las columnas del Ferry bajo el Puente de las Américas, el Puerto de Vacamonte, las vertientes de los principales ríos y hasta las marinas del Distrito de Chame y San Carlos para dar respuesta a una necesidad logística de nuestros tiempos.
Definitivamente que este sistema podría ser desarrollado bajo nuevas alternativas de administración como las Asociaciones Público-Privadas (APP) donde la carga financiera sea compartida entre el Estado y la empresa Privada; considerando siempre que los precios deben ser competitivos en relación con el transporte terrestre tradicional, lo cual es fundamental.