Fuente: Asociación Bancaria de Panamá
El país aún sufría los efectos que dejó la pandemia y las medidas adoptadas para enfrentarla, cuando estalló la crisis del contrato minero.
Los cierres de escuelas, calles y al menos un puerto marítimo; la interrupción de la atención médica; los actos vandálicos, el aislamiento de zonas enteras incomunicadas durante semanas, y las amenazas a quienes tuvieron que vivir aterrorizados por una especie de autoridad alterna, han dejado a la sociedad perpleja, y debilitada en su convivencia.
Aún se desconoce la hoja de ruta para cumplir con el fallo que declaró la inconstitucionalidad de la ley del contrato minero, ni para administrar la ley que prohibió nuevas concesiones mineras. Tampoco hay claridad sobre los riesgos y costos asociados a estas decisiones con relación a las finanzas públicas, pero es claro que habrá menos ingresos y más gastos para el Estado.
La sequía que afecta al Canal de Panamá, y la posible pérdida del grado de inversión, se suman con fuerza a las amenazas sobre las finanzas públicas.
Los anteriores elementos de incertidumbre ocurren en un contexto internacional complejo, que algunos economistas llaman de Volatilidad Compuesta, marcado por inflación, altas tasas de interés, guerras y tensiones geopolíticas. El año 2024 se perfila plagado de obstáculos y retos.
Un Presupuesto general del Estado que incorpore plenamente las previsiones expuestas, debe ser una herramienta fundamental para superar las duras pruebas que enfrentaremos como país. Un presupuesto responsable, austero, que no conlleve un aumento del endeudamiento público y que se enfoque en lograr mayor eficiencia, cobertura y calidad de los servicios públicos, es lo que demandan amplios sectores de la población.
Un presupuesto realista también sería un elocuente mensaje de prudencia a los mercados de capital y a las agencias calificadoras de riesgo, que seguramente lo incorporarían en sus respectivas evaluaciones para decidir si Panamá merece seguir siendo considerada como destino para invertir, o retrocede para volver a pagar los altos costos propios de las inversiones especulativas.
Valoramos positivamente las declaraciones del Ministro de Economía y Finanzas, sobre sus intenciones de realizar recortes significativos al proyecto de presupuesto. En este sentido, exhortamos al Órgano Ejecutivo a asumir el liderazgo requerido, en el marco de la Constitución y la Ley, y presentar un presupuesto que imponga orden, prudencia y disciplina en las Finanzas Públicas.