Hub News conversó con Betzi Pérez-Ortega, bióloga marina panameña que dirige la fundación, pilar importante en la investigación, educación y conservación de estas especies marinas.
Por Hub News
Panamá es uno de los pocos países que tiene el privilegio de ser visitado por familias de ballenas y delfines durante varios meses del año. La presencia de estas majestuosas especies atrae a un gran número de visitantes a lugares como el Golfo de Chiriquí y Bocas del Toro, seleccionados por estas ellas como su hogar provisional cuando el invierno azota los hemisferios norte y sur del continente.
Organizaciones como Panacetacea concientizan a transportistas, guías y turistas locales y extranjeros sobre la importancia del cuidado de estos visitantes y velan por la buena salud de las especies y el equilibrio ecológico de la zona. Hub News conversó con Betzi Pérez-Ortega, bióloga marina, presidenta de la fundación.
“Panacetacea es una ONG que fue fundada en Estados Unidos y se formó una filial aquí en Panamá para aprovechar los recursos e incluir más personal panameño al proyecto.” En Panacetacea tenemos los objetivos de hacer investigación, educación y conservación.
Dentro de los programas de investigación trabajamos dos proyectos principalmente, uno es en el Caribe, con la población residente de delfines nariz de botella y el otro es el monitoreo a largo plazo de ballenas jorobadas en el Pacífico panameño, específicamente en el Golfo de Chiriquí. Estos dos proyectos son los principales pilares de Panacetacea en este momento y tenemos planes a futuro de seguir extendiéndolos a diferentes puntos del país.
¿De qué manera Paracetácea se enfoca en la protección al tiempo en que se observa el avistamiento y los turistas disfrutan de este espectáculo que nos brindan las ballenas?
Este año tuvimos la oportunidad de que la Fundación Islas Secas apoyara al proyecto y nos ofrece sus instalaciones para partir desde allí. No solamente damos charlas a los visitantes que llegan a la isla, también nos organizamos en conjunto para ofrecer charlas en las comunidades, principalmente en Boca Chica. Hace días estuvimos dando una charla de capacitación para los capitanes del área, con el objetivo de promover el avistamiento responsable de cetáceos.
También se le dio una charla con respecto al servicio al cliente. Es una de las razones principales por las que la actividad en muchos lugares no se lleva de manera adecuada, entonces la educación formal, lo que es conocer la historia natural de las ballenas, la biología, van de la mano del servicio al cliente. Si una persona tiene ambas opciones, la actividad en sí va a ser gratificante.
¿De qué manera sería un avistamiento responsable de ballenas en dos escenarios: el primero en el bote de pescadores y en los botes mucho más grandes en donde las personas también se dirigen hacia las áreas del Pacífico panameño a observar este avistamiento?
Existe una regulación panameña para el avistamiento responsable de cetáceos. Las primeras salieron en el 2007, sin embargo, hace un mes aproximadamente salió la nueva regulación actualizada. Estas son muy básicas, no han cambiado mucho, solamente algunos requisitos para quienes operan, pero no hay diferencias en las regulaciones para una embarcación pequeña o para una embarcación grande.
Un resumen de ellas es no debe haber más de dos embarcaciones al mismo tiempo con el mismo grupo de delfines, si hay una tercera o cuarta debe esperar a que las dos primeras o una de ellas se retire del área. La distancia máxima a la que pueden acercarse a un grupo de delfines es de 100 metros y a un grupo de ballenas o a una ballena es de 250 metros. El tiempo máximo que pueden permanecer con un mismo grupo de cetáceos o mamíferos marinos, por ejemplo, en este caso las ballenas, es de 30 minutos. Si esa ballena que están observando es una madre con su cría, pues el tiempo se reduce a 15 minutos.
Todo esto es para reducir el impacto en los animales, para darle su espacio y evitar algún tipo de percance con la embarcación o colisión. Muchas veces los animales son muy curiosos también, entonces se pueden acercar a la embarcación. En ese momento la embarcación debe poner su motor en neutro y no deben arrancar el motor hasta que los animales se hayan retirado del área. La persona tiene que verificar qué dirección tomó el animal para entonces ellos poner el motor en marcha y tomar la dirección contraria.
Es una serie de regulaciones muy básicas creo que todo el mundo puede seguirlas perfectamente, pero como todos sabemos muchas veces hay algunas personas o individuos que hacen caso omiso de estas regulaciones y allí es donde vienen los problemas.
¿De qué manera recibe recursos la fundación para poder mantener esta operación en Panamá, siendo una zona en donde se observan, temporada tras temporada, estos avistamientos y requiere una sostenibilidad para poder continuar con su proyecto y, sobre todo, su enfoque?
Realmente es un trabajo que nos lleva todo el año conseguir los fondos. Los que estamos como investigadores dentro de la asociación escribimos propuestas aplicando a otras ONG, como Ruffor Fundation, Moore Charitable Foundation, la fundación Isla Secas, a Senacyt, incluso al Ministerio de Ambiente. Tenemos un acuerdo con el MiAmbiente en el que nos dan apoyo, igualmente nosotros compartimos la información con ellos. De esa manera contribuimos con las legislaciones y trabajos de conservación en Panamá. Pero todos los fondos vienen en su mayoría de aplicaciones a otras instituciones internacionales y nacionales.
¿A nivel local, de qué manera un panameño o un extranjero que quiere ver un avistamiento de ballenas puede apoyar a la fundación?
En cada comunidad tratamos de dejar nuestro conocimiento en el área, a través de los capitanes. Si alguna persona quiere apoyar a Panacetacea puede hacerlo a través de la propia página de Panacetacea, incluso en las redes sociales.
En Instagram tenemos anotada la página web, la cuenta está en Banco General, pueden hacerlo por Yappy y hay otras maneras también de apoyar la conservación desde sus propias perspectivas, simplemente tratando de seguir las regulaciones. Incluso tenemos un panfleto donde damos no solamente las regulaciones de manera muy sencilla, ilustradas para los capitanes y guías, también damos unos seguimientos o lineamientos básicos para el visitante.
Muchas veces sucede que el guía, el capitán o el operador de botes está dispuesto a seguir las regulaciones, pero hay algún tipo de personas que le dicen ¡Acérquese más, porque quiero tomarme la selfie, quiero tomarme la foto, o hacer esto! entonces es allí también donde el visitante puede aportar, es simplemente no presionar al capitán para que haga cosas que nos están permitidas por la ley.
¿Qué tipo de investigaciones realizan en Panamá para la conservación de cetáceos?
En el Golfo de Chiriquí realizamos este monitoreo anual, aproximadamente es casi un mes que pasamos tomando datos de la presencia de ballenas jorobadas y de otras especies que se encuentran en el área, como el delfín moteado, el delfín nariz de botella o incluso la falsa orca, la ballena de bryde, que se encuentran distribuidas en el área. Se les saca una muestra de piel grasa a través de una ballesta, estas muestras van a unos laboratorios con los que colaboramos en los Estados Unidos, específicamente con la Universidad de Oregón, para hacerles análisis genéticos y análisis de hormonas.
Son diferentes proyectos que van saliendo de los datos que vamos colectando. Recientemente parte de los datos que colectamos fueron compartidos, por ejemplo, con MarViva y Ministerio del Ambiente. Con MarViva se compartieron para la realización de una campaña de corredores marinos, mientras que con MiAmbiente los datos colectados y las publicaciones que han salido de los resultados de todos estos años de investigación se usaron para sustentar la creación de un corredor marino entre diferentes áreas protegidas en el Golfo de Chiriquí. Entonces esto es muy, muy importante, que el trabajo que hacemos sea utilizado de la forma correcta y apoye localmente a estos proyectos de conservación.
Por ejemplo, en Bocas del Toro, que trabajamos con la población de los delfines nariz de botella, los datos que hemos colectado han servido mucho para establecer regulaciones dentro del área. Incluso, hace unos años atrás, en 2007 creo que fue, una compañía quería tratar de extraer delfines para delfinarios del Archipiélago de Bocas del Toro. Y gracias a los datos que ya se habían colectado año tras años, se pudo estimar el tamaño de la población de los delfines de Bocas del Toro y prácticamente el número de delfines que esta compañía quería extraer era el mismo del tamaño de la población de delfines de Bocas del Toro. Eso quiere decir que sin la data científica probablemente les hubieran dado el permiso y quizás esta población hubiera sido diezmada.
¿De qué manera los pueden contactar los interesados en respaldar las iniciativas que lleva adelante la fundación Panacetacea?
Nos pueden contactar a través de la cuenta de Instagram @panacetacea, de Twitter @panacetacea. También tenemos la página de Facebook Panacetacea y actualmente se está actualizando la página web. Por cualquiera de esos medios alguno de nosotros le va a contestar.
¿Algún otro aspecto adicional que quisiera resaltar?
Estamos en toda la temporada de ballenas jorobadas. Yo simplemente exhorto a toda la ciudadanía, a todos aquellos que estén interesados en aprender sobre mamíferos marinos que se informen, que busquen las empresas que sean responsables, que hagan avistamientos responsables y disfruten de la actividad.