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¿El cobre panameño contribuye al bienestar?

Fuente: CAMIPA

La minería de cobre en Panamá ha sido un tema central en el debate económico y social en el último año. Más allá de las cifras relacionadas con la producción, las ganancias o las exportaciones, hay un aspecto que requiere una mirada más profunda: el impacto real y tangible de esta actividad en las comunidades panameñas. ¿Cómo contribuye la industria minera a mejorar la vida de miles de personas? La respuesta es clara: el cobre panameño se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo social y económico del país.

Un Pilar para la Seguridad Social

Uno de los aspectos más relevantes de esta contribución es su impacto directo en la estabilidad del sistema de seguridad social panameño. El sector del cobre ha sido una fuente crucial de ingresos para la Caja de Seguro Social (CSS), con aportes anuales que superan los $120 millones.

La magnitud de estos aportes no solo estabiliza financieramente el sistema, sino que también asegura que los ciudadanos puedan contar con un respaldo confiable en momentos de necesidad. De esta manera, la minería se transforma en una pieza clave en la sostenibilidad a corto, mediano y largo plazo del bienestar social en Panamá.

Además de los aportes regulares, el Código de Recursos Minerales establece que el 20% de las regalías anuales obtenidas de la explotación del cobre se destinan directamente a las finanzas del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM). Este enfoque no solo incrementa la estabilidad del sistema, sino que proyecta un futuro más sólido para miles de trabajadores y sus familias, al asegurar la continuidad de sus beneficios.

Sin embargo, hace más de 11 meses, debido al cese temporal de operaciones mineras, estos beneficios dejaron de recibirse, afectando no solo las finanzas públicas, sino también la calidad de vida de miles de personas que dependen de los aportes del sector. La interrupción de las actividades mineras ha tenido un impacto significativo en la Caja de Seguro Social y en el financiamiento de programas cruciales como el IVM.

Es por ello que la reactivación de la minería del cobre se vuelve una prioridad no solo para el sector económico, sino también para garantizar que estos beneficios puedan seguir fluyendo y fortaleciendo las estructuras sociales de los Panameños. El regreso a la operación significaría el reinicio de los aportes millonarios al Estado, permitiendo que las comunidades vuelvan a recibir el apoyo y las inversiones que tanto necesitan.

La explotación de cobre en Panamá no es solo una actividad económica centrada en las ganancias. Es una oportunidad única para transformar comunidades, reducir la desigualdad y construir un país más próspero. La minería responsable, que genera beneficios tangibles para las personas, se convierte en una herramienta poderosa para el desarrollo.

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