Fuente: CCIAP
Las nuevas autoridades a lo largo y ancho de la República de Panamá asumen el poder en un momento de grandes desafíos financieros, sociales y económicos. La gran mayoría señalan estar encontrando instituciones con números rojos y situaciones anómalas. Es inminente que presenten las denuncias penales que corresponden y que caiga quien caiga con todo el peso de la ley frente al desfalco estatal. Sin embargo, es preciso tener presente que estas situaciones no deben ser motivo de desaliento, sino una oportunidad para demostrar liderazgo, transparencia; así como, capacidad de decisión y acción. Nuestro país necesita reconstruir la confianza en las personas y, especialmente en sus autoridades, y esto solo se logrará con decisiones firmes, honestas y audaces que impulsen a Panamá hacia adelante.
Es natural que el camino esté lleno de obstáculos, pero la historia ha demostrado que los pueblos que superan las adversidades son aquellos cuyos líderes no temen tomar decisiones difíciles, siempre con una visión clara del futuro. Y la historia panameña está repleta de esos momentos.
En la medida que tanto el Ejecutivo como el Legislativo y los gobiernos locales tomen decisiones valientes y marquen un rumbo definido, la ciudadanía estará dispuesta a apoyar estas acciones, por muy duras que puedan parecer en el corto plazo. El sacrificio de hoy debe convertirse en la prosperidad de mañana.
Panamá tiene un potencial enorme y es fundamental que recuperemos el brillo y el optimismo que nos caracteriza. Esto empieza desde las autoridades, que deben enviar mensajes claros y coherentes, mostrando compromiso y transparencia en cada paso. Alejarse de la prepotencia y la ceguera partidista, que han sido una sombra sobre nuestras políticas públicas en los últimos años, es crucial para restaurar la confianza del pueblo. Que nunca más nos lideren gobernantes que por ser electos terminan pensando que el Estado es cosa de su partido o grupo político.
La ciudadanía panameña históricamente ha demostrado la capacidad de salir adelante de los momentos más difíciles, y en esta oportunidad tiene un profundo deseo de ver al país avanzar y con él todos quienes habitamos en el territorio nacional. Con un liderazgo honesto, responsable y decidido, transformaremos nuestras dificultades en oportunidades y construiremos un futuro lleno de progreso certero. Panamá lo necesita y lo merece. Es urgente.